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Nutrición integrada, pilar de la agricultura moderna

08-10-18 | Clarín Rural


Los nutrientes forman partes estructurales de las plantas y son críticos en procesos de su funcionamiento productivo. Siguiendo el ejemplo de la naturaleza, las tecnologías modernas de manejo de cultivos buscan maximizar la eficiencia en el uso de los recursos productivos y para tal fin el manejo combinado de nutrientes integradas a otras decisiones de manejo de sistemas agrícolas permite mejores resultados en rendimiento y en el cuidado de los recursos de producción.

Según indicadores de análisis de suelos o de los mismos cultivos, las áreas de producción de soja que están limitadas por la disponibilidad de nutrientes son cada vez más extensas y frecuentes.

También abundan los resultados que muestran que al implementar diversas estrategias de nutrición de soja se reduce gran parte de esta brecha en rendimientos. Por ejemplo, Fertilizar Asociación Civil en una red de evaluaciones de estrategias de fertilización, tanto en soja de siembra de primera como sobre cultivos de invierno, describió brechas de hasta el 20% entre el manejo frecuente actual y el alcanzable sin restricciones de nutrientes.

Nitrógeno, fósforo y azufre son los elementos críticos que en gran parte del área sojera explican estas diferencias y su manejo eficiente resulta de integrar tanto herramientas de diagnóstico como el análisis de suelos y la expectativa productiva como la calidad en su implementación.

El experto Martín Díaz Zorita

Martín Díaz Zorita, del comité Técnico de Fertilizar Asociación Civil.

En el caso del fósforo con los resultados de los análisis de suelos, hay que delimitar sitios según su expectativa de mejora al fertilizar considerando que cuando los niveles extractables de este elemento son menores a las 12 partes por millón (ppm) se esperan altas frecuencias de respuesta al fertilizar.

Sin embargo, la cantidad de sitios con análisis de suelos es limitada y en los que se los realiza es considerando planteos promedios con escasa implementación de muestreos según ambientes productivos.

Los ajustes de dosis varían según la ubicación del fertilizante con relación a las plantas y en general, los estudios de la red de estrategias de fertilización muestran que los modelos actuales de producción requieren aplicaciones superiores a las frecuentemente aplicadas en gran parte del área de soja.

Al considerar la nutrición con nitrógeno recordemos que la soja es una leguminosa y por lo tanto se adapta naturalmente a crecer en condiciones de limitación de nitrógeno ya que sus necesidades de nutrición son insuficientemente provistas desde el suelo y son cubiertas a través del proceso de fijación biológica desde el aire. Es así como, a partir de una consulta reciente a más de 190 asesores técnicos, la práctica de inoculación es reconocida como necesaria para el planteo del cultivo en casi la totalidad de las condiciones de producción aplicándose en algo más del 80% del área cultivada.

Abundantes resultados muestran que la inoculación contribuye entre el 7 y 10% de los rendimientos. Como fijación biológica es un proceso regulado por la oferta de energía, en la medida que la nutrición combinada por ejemplo con fósforo y con azufre no limita el crecimiento de las plantas la eficiencia de captación del nitrógeno y transformación en rendimientos se incrementa. Es así que la inoculación de calidad contempla desde la elección del tratamiento acorde al sistema de manejo del cultivo y sus condiciones de crecimiento.

En la agricultura moderna se requiere maximizar los rendimientos de los cultivos que en el caso de la mayoría de los casos de producción de soja en Argentina demandan la aplicación de calidad de inoculantes y la fertilización en dosis adecuadas con fósforo y azufre. Su implementación muestra con frecuencia creciente el sostenimiento de rendimientos mayores y más estables.

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